Título: Todo Todo
Título original: Everything, Everything
Autora: Nicola Yoon
Editorial: SM
Encuadernación: Rústica con solapas
Nº Páginas: 320
Precio: $279.50
ISBN: 9788467579178
Sinopsis de la editorial:
Madeline Whittier es alérgica al mundo exterior. Tan alérgica, de hecho, que no ha salido de su casa en 17 años. Aun así, su vida transcurre feliz y tranquila hasta que el chico de ojos azules como el Atlántico se muda a la casa de al lado. El flechazo surge por mensajería instantánea y va creciendo y complicándose a través de un sinfín de conversaciones, anhelos, viñetas, sensaciones, ilustraciones, sueños...
Y es que resulta difícil volver a la rutina de siempre con todos los ruidos que llegan de fuera. De repente, Maddy es consciente del cotilleo de los pájaros y de los rayos de sol que se cuelan por sus contraventanas. Y cuanto más trata de separarse del mundo exterior, más empeñado parece en entrar...
¿Qué tendrá Olly que lo hace tan impredecible? ¿Y tan... especial? ¿Qué tendrá Olly para hacer que la realidad de Madeline se tambalee?
Y es que resulta difícil volver a la rutina de siempre con todos los ruidos que llegan de fuera. De repente, Maddy es consciente del cotilleo de los pájaros y de los rayos de sol que se cuelan por sus contraventanas. Y cuanto más trata de separarse del mundo exterior, más empeñado parece en entrar...
¿Qué tendrá Olly que lo hace tan impredecible? ¿Y tan... especial? ¿Qué tendrá Olly para hacer que la realidad de Madeline se tambalee?
Opinión Personal (sin spoilers):
Este libro llevaba mi nombre. Maddy es una chica con SCID (inmunodeficiencia combinada), lo que quiere decir que es alérgica al mundo, como ella misma nos cuenta. Seguramente les suene más el término de «chica burbuja» por aquella película de John Travolta. Como pasaba con el protagonista de la película, Maddy vive en el interior del espacio estéril que han creado dentro de las paredes de su casa, totalmente libre de gérmenes. No ha salido de allí en 17 años. Prácticamente se puede decir que vive de los libros que devora cada día y de momentos robados tras los cristales de su ventana. No se relaciona con nadie más que con su madre, la enfermera que la cuida ocho horas al día y los profesores particulares con los que se cita vía Skype o que vienen a casa y deben ser descontaminados antes de poder respirar el mismo aire que ella. Una chica que lleva sobreviviendo toda su vida pero que desconoce lo que es vivir. Hasta que aparece Olly, su nuevo vecino, y le hace ver que el universo está repleto de cosas extraordinarias cosas que se está perdiendo y que en realidad nunca serán para ella.
Antes de él, Maddy creía que era feliz. En cambio, ahora que sabe lo que es vivir ha entendido que lo suyo no era más que una felicidad fingida, que el mundo es eso que trata de evitar con las gruesas cortinas de su habitación. No puedes anhelar algo que ni siquiera conoces pero una vez lo haces, ¿cómo vivir sin que los cristales que te mantienen con vida te engullan? Un libro que, además, está repleto de curiosidades y que cuenta una edición preciosa.
Tal vez sea que últimamente pocos son los libros juveniles que consiguen llenarme, pero no he sentido absolutamente nada al leer Todo todo. Lo que busco cuando me adentro en un libro es sentir algo, que me llene de preguntas, que sepa meterme en la piel de los personajes y hacer que viva la historia con ellos. En cambio, Todo todo me ha parecido un libro vacío, sin nada más que unos personajes con algo de potencial y numerosas curiosidades que me han encantado pero que no dejan de ser eso, curiosidades. Los personajes, a pesar de su potencial, acaban por ser planos. Maddy es una chica con un punto friki que me encanta pero a la que no terminas de comprender ni llegas a meterte en su piel ni a sufrir con ella a pesar de que tiene motivos más que suficientes para que su vida sea una tragedia. Y en cuanto a Olly, te lo presentan como un chico carismático que no se está quieto, que cuenta con sus propios problemas familiares, pero cuya personalidad tampoco llegas a conocer en absoluto. Por otro lado tenemos el tema de la enfermedad de Maddy, que se toca de manera muy superficial desde mi punto de vista, algo que no acabo de entender dado que se supone que es el eje central de la historia. Se le da mucha más importancia al amor. Que sí, que todos sabemos que soy la primera que disfruta con una relación amorosa, pero si vas a tratar una enfermedad como esta lo menos que puedes hacer es intentar equilibrarlo. El amor a primera vista (porque no se puede llamar de otra manera) se desarrolla principalmente vía mensajes, y en realidad son muy pocos para justificarlo. La relación amorosa avanza demasiado deprisa y todo lo que esta desencadena resulta poco creíble a mi parecer.
En general, todo en la historia me ha parecido hecho a las prisas. TODO TODO. La autora no le saca partido a la enfermedad ni a todo lo que prometía un libro como este. A medida que avanza la historia, la protagonista llega a tomar una decisión tan cogida con pinzas que todavía estoy intentando asimilarlo. No puedo contarlo porque entraría en spoilers, pero vaya, que estamos hablando de una adolescente que nunca ha salido al exterior, no me parece nada creíble lo que hace, cómo lo hace y los recursos que emplea para hacerlo. Un tema que debería ser delicado, con una enorme carga dramática, lo tratan de una manera frívola y centrándose principalmente en el tema amoroso, con el que no he llegado a sentir absolutamente nada. Y mira que la protagonista se encarga de explicar lo que son las mariposas en el estómago…
En fin, quizá con 200 páginas más se podría haber desarrollado mucho mejor la historia; no podemos obviar que se trata de un libro cortísimo. Pero no sé, no creo que la corta extensión tenga mucho que ver (ahí están los libros de Begoña Oro, que son una delicia y tienen menos páginas que este). Es una pena, porque la premisa es realmente buena y ya les digo que los personajes tienen algo.
¿Cosas que me han gustado? (que sí, ¡que las hay!). La narración, las curiosidades, la preciosa edición llena de dibujos, listas, diagnósticos, la alusión a libros, las minireseñas que va dejando Maddy… Sin duda, esto es lo que hace que el libro no se lleve un suspenso. Esto y el final, que tiene un giro bastante interesante, aunque desgraciadamente la autora tampoco llega a explotarlo bien y lo termina de una manera un tanto desconcertante. Gracias a todas estas cositas el libro se lee rapidísimo, ya que los capítulos son cortos e invitan a que lo termines en un par de horas.
Hace tiempo leí en alguna parte que, cada siete años más o menos, la mayoría de nuestras células se renuevan totalmente. Y lo que es aún más asombroso: cada dos semanas, las capas superiores de nuestra epidermis cambian por completo. Si todas las células de nuestro cuerpo se comportan así, seríamos inmortales. Pero hay células —como las neuronas, por ejemplo— que no se renuevan. Envejecen, y nosotros con ellas.
En dos semanas, mi piel no guardará la memoria del contacto de Olly. Mi cerebro, sin embargo, sí que se acordará. Podemos tener o bien la inmortalidad, o bien la memoria del contacto. Pero no las dos cosas.
Igualmente, he leído reseñas que lo ponen por las nubes así que, como siempre, lo mejor es que si les llama la atención os animéis a descubrirlo por vosotros mismos.
Todo todo es una novela con una premisa interesantísima, repleta de datos curiosos y una edición llena de detalles. Ideal si quieres desconectar de otra lectura más sustancial. Una lástima que esté tratada de una manera tan superficial.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario